¿Qué significa MVP o producto mínimo viable?
Categoría:
Marketing digital
Fecha:
12/07/2024
Estoy seguro de que has leído (y escuchado) muchísimas veces que, cuando montamos un proyecto, lo más importante es lanzar rápido.
Incluso habrás escuchado también que la mayoría de las empresas no consiguen sobrevivir porque desarrollan de más en ese primer lanzamiento y, básicamente, mueren por el camino antes de tener una base de usuarios.
Pues bien, que sepas que todo esto es cierto, así, sin paños calientes.
Y justo aquí es donde entra en juego el MVP, también conocido como Producto Mínimo Viable.
En esta guía, mi intención es contarte:
Vamos a avanzar, que hoy la cosa viene larga:
Si lo que buscas es un resumen lo más corto posible acerca del MVP:
El MVP o Producto Mínimo Viable es la versión más sencilla que podemos tener de un producto, con las funcionalidades más básicas, para poder testearlo en el mercado.
Y claro, esto tiene muchísimas más implicaciones de las que te puedes imaginar.
La primera, y más obvia, es que realmente un MVP no es un producto finalizado, ni mucho menos, más bien sería la versión mínima que debe tener, ajustado al mercado, para probar si hay encaje para él (o no).
El concepto de MVP no es tan antiguo como puedas creer, de hecho, se lo inventó (por así decirlo) Frank Robinson en el año 2001, aunque luego fueron otras dos personas (Eric Ries y Steve Blank) las que lo popularizaron y consiguieron que se empezara a hablar de él.
Y sí, lo del MVP es muy americano.
El concepto fundamental es probar un producto nuevo en el mercado con el mínimo riesgo financiero, por eso debemos dejar todas las patas importantes (Funcionalidades, Usabilidad, Diseño, incluso la Fiabilidad) en el punto mínimo para que el producto pueda funcionar correctamente.
Es decir, el “si vas a fracasar, que sea rápido” de toda la vida, pero incluso mucho más rápido.
Ahora ya sabes lo que es, más o menos, un Producto Mínimo Viable, pero claro, aquí estamos para saber cómo hacerlo, así que esta es la parte más importante de la guía.
Por ello, voy a intentar explicártelo con una secuencia de pasos, para que la puedas ir siguiendo del primero al último.
Sí, sé que este primer paso no es muy operativo, pero te aseguro que es supernecesario.
Si quieres lanzar el MVP de tu proyecto, vas a necesitar tener una fase muy importante de abstracción.
Que te toca pensar, vaya.
Aquí está la chicha de todo el proceso, y la mayor parte de tener que pensar acerca de tu producto.
Esta es la parte más complicada de todas, porque hay que definir, una a una, las características de tu producto.
Y lo normal es que andes un poco perdido, las cosas como son.
Para este paso hay muchas metodologías, pero a mí me gustan dos de ellas combinadas.
La primera es sencilla pero muy molona, y se basa en hacerse preguntas que puedes responder, con un sí o un no, acerca del proyecto.
Esto te va a ayudar a definir tanto el concepto mismo del producto que vas a desarrollar, como lo que quieres y no quieres que tenga.
Te pongo un ejemplo:
Imagina que tu proyecto es un desarrollo para gestionar un hotel, algunas de las preguntas a las que hay que responder sí o no que yo me haría, serían:
Y, como estás, habría muchísimas más, claro.
Una vez tengas esta batería de preguntas hecha, ahora toca priorizar lo que será más importante y lo que menos.
Y, como es una escala de prioridades, puedes hacerlo de varias maneras:
Pero, ojo, aún no te pongas a picar código, que faltan pasos.
Ya tienes las tareas definidas, ¿pero quién va a hacer qué cosas?
Este punto es superimportante, incluso cuando estás desarrollando un producto tú solo, porque seguro que tienes que subcontratar (o que enmarronar) a alguien para que te ayude con el proyecto.
Evidentemente, las tareas que va a realizar cada persona del equipo, tanto fundadores como el equipo que puedas contratar o subcontratar, deben ser afines a la batería de preguntas que hiciste en el paso 2.
Una vez lo tengas todo definido, antes de ponerte a desarrollar hay que hacer una cosa fundamental:
Revisa todas las tareas, funcionalidades y demás cosas que pusiste en la lista de to-do’s, y recorta todo lo que no sea necesario hacer.
Lo normal es que ese recorte sea fácilmente del 20%, pero he visto proyectos que se ha tenido que ir para una segunda fase más de la mitad del proyecto.
Es un ejercicio muy sano y que te ayudará a centrarte en lo importante de verdad.
Ahora sí que lo tienes todo en orden, ya puedes ponerte manos a la obra a desarrollar tu proyecto y, una vez lo tengas, te toca lanzarlo al mercado.
Sobre el lanzamiento en sí hay tantas estrategias como proyectos, así que ahí te tocará elegir la que más se adapte tanto a tu presupuesto como a tu proyecto en sí mismo, no hay fórmulas mágicas.
Una vez lanzas y tienes tus primeros clientes, te toca pasar a la fase de escucha, mientras sigues intentando tener cada vez más y más usuarios.
En ese proceso de escucha es de vital importancia que pidas feedback a tus primeros clientes y listes las mejoras que son más importantes para ellos (o las que más se repiten), para poder iterar e ir lanzando.
Aquí la dificultad que vas a tener es poder separar las cosas que son importantes de lo deseable.
Hay una cosa que ocurre siempre en los productos cuando se lanzan.
Casi siempre tienen funciones de más.
Y claro, algunas de ellas no se usan, incluso algunas no se usan nunca.
Aquí tu labor es medir cuánto se usan cada una de las funcionalidades y, lo que veas que es muy residual o directamente no lo usa nadie durante un tiempo, lo puedes eliminar perfectamente.
De hecho, es muy saludable que lo elimines, porque esto te va a permitir centrarte en lo importante y no tener que mantener cosas que nadie quiere.
Realmente, la metodología Scrum está muy cerca de esta metodología para crear un MVP, ya que se basa en hacer sprints cortos (no te asustes, pero el Scrum fue pensado para entornos 100% de programación) muy centrados en soluciones.
Si te fijas, es un poco la definición de los 7 pasos de antes, ¿verdad?
Lo que ocurre es que la metodología Scrum te va a dar más cosas que te van a ser muy útiles.
Desde una reunión diaria breve acerca de todo lo hay encima de la mesa, qué problemas tienen para seguir desarrollando y qué bloquea a qué, hasta un faseado de las propias funcionalidades extra.
Por eso es tan útil, y por eso deberías formarte en esta metodología para avanzar mucho más rápido en la creación de tu MVP.
Como habrás imaginado, esto de crear un Producto Mínimo Viable tiene sus cosas buenas, pero también sus cosas malas.
Ya te adelanto que suelen estar muy relacionadas, por eso me gustaría centrarme en las tres que son más características, a ver qué te parecen:
Por mi experiencia, las tres mejores cosas de desarrollar un MVP podrían ser:
Siempre debes tener en cuenta que las metodologías no son perfectas, si lo fueran, solo tendríamos una.
Como ves, no es para nada sencillo desarrollar un producto nuevo de cero.
Como te comentaba justo arriba de estas líneas, hay dos claves para tener posibilidades de éxito: El desarrollo del producto y la estrategia de lanzamiento.
Vamos a ver un poquito más de cada una de ellas.
Antes de lanzar, hay que desarrollar. Hasta aquí espero que estemos de acuerdo.
Como te comentaba durante prácticamente todo este artículo, es de vital importancia primero la selección de tareas y luego la priorización.
Justo en esto se basa la estrategia de desarrollo de producto.
Elige las funcionalidades y tareas mínimas (pero mínimas de verdad) para lanzar el producto cuanto antes, y guarda el resto para hacer una Fase 2, 3, etcétera.
Si a esto le unes pedir feedback a tus clientes para ir colando otras funcionalidades en las que tú no habías pensado, tendrás una estrategia de desarrollo de producto ganadora.
Una vez desarrolles, hay que lanzar.
Aquí hay una cosa que debes tener siempre en mente.
Cuando haces un lanzamiento, no lo haces para el grueso de tus clientes potenciales, lo haces para tus early adopters.
Es decir, lo haces para las personas que es más probable que contraten tu producto según está, con la promesa de que va a ir creciendo poco a poco hasta ser algo mucho mejor al del día del lanzamiento.
Hay una “ley de mercado”, por así decirlo:
Hasta que no puedas tener el 15% del market share de tu nicho, tu proyecto no va a crecer solo por el boca-oreja, así que debes identificar e ir a por ese 15% de early adopters cuanto antes.
Algunos de los productos más famosos del mundo en sus inicios lanzaron un MVP, y esa validación de mercado hizo que siguieran adelante.
Hoy te quiero compartir 5 de ellos, supericónicos, para que veas cómo empezaron y lo que son ahora.
Como puedes ver, esto del MVP tiene muchísima más profundidad de la que parece, y hay que tomárselo muy en serio para que el producto pueda escalar y ser viable.
Solo me queda decirte que espero haberte ayudado, aunque sea un poquito.
Incluso habrás escuchado también que la mayoría de las empresas no consiguen sobrevivir porque desarrollan de más en ese primer lanzamiento y, básicamente, mueren por el camino antes de tener una base de usuarios.
Pues bien, que sepas que todo esto es cierto, así, sin paños calientes.
Y justo aquí es donde entra en juego el MVP, también conocido como Producto Mínimo Viable.
En esta guía, mi intención es contarte:
- Qué es el MVP.
- Cómo definirlo correctamente.
- Los beneficios y los retos que tiene, así como algunas estrategias al respecto.
- Por supuesto, también hay un apartado de errores sobre el MVP.
- Y, por último, algún que otro ejemplo.
Vamos a avanzar, que hoy la cosa viene larga:
Índice del artículo
- Qué es un Producto Mínimo Viable
- ¿De dónde viene lo del MVP?
- Cómo hacer realmente un MVP, esta es la parte importante
- Paso 1. Mentalízate de que cada proyecto es único
- Paso 2. Determina cómo será el producto
- Paso 3. Define las tareas de todo el equipo, las tuyas, también
- Paso 4. Muy importante: Pasa la tijera
- Paso 5. Desarrolla y lanza
- Paso 6. Feedback de usuario, iteración y mejoras
- Paso 7. Mide el uso de cada funcionalidad
- Cómo optimizar el MVP con Scrum
- Beneficios y retos de los MVP
- Lo mejor de desarrollar un Producto Mínimo Viable
- Y la parte mala, que también la hay…
- Algunas estrategias y acciones para lanzar un MVP con éxito
- Crea una estrategia de desarrollo de producto
- Encontrando tu estrategia de marketing para darlo a conocer
- Ejemplos de MVP molones
Qué es un Producto Mínimo Viable
Si lo que buscas es un resumen lo más corto posible acerca del MVP:
El MVP o Producto Mínimo Viable es la versión más sencilla que podemos tener de un producto, con las funcionalidades más básicas, para poder testearlo en el mercado.
Y claro, esto tiene muchísimas más implicaciones de las que te puedes imaginar.
La primera, y más obvia, es que realmente un MVP no es un producto finalizado, ni mucho menos, más bien sería la versión mínima que debe tener, ajustado al mercado, para probar si hay encaje para él (o no).
¿De dónde viene lo del MVP?
El concepto de MVP no es tan antiguo como puedas creer, de hecho, se lo inventó (por así decirlo) Frank Robinson en el año 2001, aunque luego fueron otras dos personas (Eric Ries y Steve Blank) las que lo popularizaron y consiguieron que se empezara a hablar de él.
Y sí, lo del MVP es muy americano.
El concepto fundamental es probar un producto nuevo en el mercado con el mínimo riesgo financiero, por eso debemos dejar todas las patas importantes (Funcionalidades, Usabilidad, Diseño, incluso la Fiabilidad) en el punto mínimo para que el producto pueda funcionar correctamente.
Es decir, el “si vas a fracasar, que sea rápido” de toda la vida, pero incluso mucho más rápido.
Cómo hacer realmente un MVP, esta es la parte importante
Ahora ya sabes lo que es, más o menos, un Producto Mínimo Viable, pero claro, aquí estamos para saber cómo hacerlo, así que esta es la parte más importante de la guía.
Por ello, voy a intentar explicártelo con una secuencia de pasos, para que la puedas ir siguiendo del primero al último.
Paso 1. Mentalízate de que cada proyecto es único
Sí, sé que este primer paso no es muy operativo, pero te aseguro que es supernecesario.
Si quieres lanzar el MVP de tu proyecto, vas a necesitar tener una fase muy importante de abstracción.
Que te toca pensar, vaya.
Paso 2. Determina cómo será el producto
Aquí está la chicha de todo el proceso, y la mayor parte de tener que pensar acerca de tu producto.
Esta es la parte más complicada de todas, porque hay que definir, una a una, las características de tu producto.
Y lo normal es que andes un poco perdido, las cosas como son.
Para este paso hay muchas metodologías, pero a mí me gustan dos de ellas combinadas.
La primera es sencilla pero muy molona, y se basa en hacerse preguntas que puedes responder, con un sí o un no, acerca del proyecto.
Esto te va a ayudar a definir tanto el concepto mismo del producto que vas a desarrollar, como lo que quieres y no quieres que tenga.
Te pongo un ejemplo:
Imagina que tu proyecto es un desarrollo para gestionar un hotel, algunas de las preguntas a las que hay que responder sí o no que yo me haría, serían:
- ¿Va a tener integración con AirBnb?
- ¿Va a tener integración con Booking?
- ¿Va a ser una aplicación para móvil?
- ¿Va a tener una parte para el usuario/turista que visita el hotel?
Y, como estás, habría muchísimas más, claro.
Una vez tengas esta batería de preguntas hecha, ahora toca priorizar lo que será más importante y lo que menos.
Y, como es una escala de prioridades, puedes hacerlo de varias maneras:
- Una sería listar, simplemente, de la más importante a la menos importante, para saber por dónde debe empezar el desarrollo.
- Otra, hacer varias escalas de prioridad (del 1 al 5, por ejemplo, donde lo 1 es lo más prioritario y los 5 lo menos), para poder ir desarrollando varias en paralelo.
Pero, ojo, aún no te pongas a picar código, que faltan pasos.
Paso 3. Define las tareas de todo el equipo, las tuyas, también
Ya tienes las tareas definidas, ¿pero quién va a hacer qué cosas?
Este punto es superimportante, incluso cuando estás desarrollando un producto tú solo, porque seguro que tienes que subcontratar (o que enmarronar) a alguien para que te ayude con el proyecto.
Evidentemente, las tareas que va a realizar cada persona del equipo, tanto fundadores como el equipo que puedas contratar o subcontratar, deben ser afines a la batería de preguntas que hiciste en el paso 2.
Paso 4. Muy importante: Pasa la tijera
Una vez lo tengas todo definido, antes de ponerte a desarrollar hay que hacer una cosa fundamental:
Revisa todas las tareas, funcionalidades y demás cosas que pusiste en la lista de to-do’s, y recorta todo lo que no sea necesario hacer.
Lo normal es que ese recorte sea fácilmente del 20%, pero he visto proyectos que se ha tenido que ir para una segunda fase más de la mitad del proyecto.
Es un ejercicio muy sano y que te ayudará a centrarte en lo importante de verdad.
Paso 5. Desarrolla y lanza
Ahora sí que lo tienes todo en orden, ya puedes ponerte manos a la obra a desarrollar tu proyecto y, una vez lo tengas, te toca lanzarlo al mercado.
Sobre el lanzamiento en sí hay tantas estrategias como proyectos, así que ahí te tocará elegir la que más se adapte tanto a tu presupuesto como a tu proyecto en sí mismo, no hay fórmulas mágicas.
Paso 6. Feedback de usuario, iteración y mejoras
Una vez lanzas y tienes tus primeros clientes, te toca pasar a la fase de escucha, mientras sigues intentando tener cada vez más y más usuarios.
En ese proceso de escucha es de vital importancia que pidas feedback a tus primeros clientes y listes las mejoras que son más importantes para ellos (o las que más se repiten), para poder iterar e ir lanzando.
Aquí la dificultad que vas a tener es poder separar las cosas que son importantes de lo deseable.
Paso 7. Mide el uso de cada funcionalidad
Hay una cosa que ocurre siempre en los productos cuando se lanzan.
Casi siempre tienen funciones de más.
Y claro, algunas de ellas no se usan, incluso algunas no se usan nunca.
Aquí tu labor es medir cuánto se usan cada una de las funcionalidades y, lo que veas que es muy residual o directamente no lo usa nadie durante un tiempo, lo puedes eliminar perfectamente.
De hecho, es muy saludable que lo elimines, porque esto te va a permitir centrarte en lo importante y no tener que mantener cosas que nadie quiere.
Cómo optimizar el MVP con Scrum
Realmente, la metodología Scrum está muy cerca de esta metodología para crear un MVP, ya que se basa en hacer sprints cortos (no te asustes, pero el Scrum fue pensado para entornos 100% de programación) muy centrados en soluciones.
Si te fijas, es un poco la definición de los 7 pasos de antes, ¿verdad?
Lo que ocurre es que la metodología Scrum te va a dar más cosas que te van a ser muy útiles.
Desde una reunión diaria breve acerca de todo lo hay encima de la mesa, qué problemas tienen para seguir desarrollando y qué bloquea a qué, hasta un faseado de las propias funcionalidades extra.
Por eso es tan útil, y por eso deberías formarte en esta metodología para avanzar mucho más rápido en la creación de tu MVP.
Beneficios y retos de los MVP
Como habrás imaginado, esto de crear un Producto Mínimo Viable tiene sus cosas buenas, pero también sus cosas malas.
Ya te adelanto que suelen estar muy relacionadas, por eso me gustaría centrarme en las tres que son más características, a ver qué te parecen:
Lo mejor de desarrollar un Producto Mínimo Viable
Por mi experiencia, las tres mejores cosas de desarrollar un MVP podrían ser:
- La primera y fundamental, es que hace que lances muchísimo más rápido y, aunque normalmente te pases de funcionalidades, está mucho más acotado que con otras metodologías.
- La segunda es que tienes claro cuál es la dimensión de tu equipo antes de ponerte manos a la obra y, con eso, puedes calcular bien los recursos (tanto en dinero como en horas) que necesitas para llevarlo a cabo.
- La tercera es que tienes un control de riesgos muy interesante, porque vas a poder desarrollar tu producto con la mínima implicación, por así decirlo.
Y la parte mala, que también la hay…
Siempre debes tener en cuenta que las metodologías no son perfectas, si lo fueran, solo tendríamos una.
- La toma de requisitos tiene que ser excelente, y esa parte es supercomplicada, porque te enfrentas a un proyecto de cero.
- Te puedes quedar corto. No es lo normal (de hecho, lo normal es que te pases de desarrollo), pero puede quedarte un proyecto muy parco que realmente no tenga un market fit.
- Te lo juegas todo al lanzamiento, porque, una vez que termines de desarrollar, hay que lanzar sí o sí. Si sale mal, tu facturación no va a despegar y, con eso, es muy probable que el proyecto naufrague.
Como ves, no es para nada sencillo desarrollar un producto nuevo de cero.
Algunas estrategias y acciones para lanzar un MVP con éxito
Como te comentaba justo arriba de estas líneas, hay dos claves para tener posibilidades de éxito: El desarrollo del producto y la estrategia de lanzamiento.
Vamos a ver un poquito más de cada una de ellas.
Crea una estrategia de desarrollo de producto
Antes de lanzar, hay que desarrollar. Hasta aquí espero que estemos de acuerdo.
Como te comentaba durante prácticamente todo este artículo, es de vital importancia primero la selección de tareas y luego la priorización.
Justo en esto se basa la estrategia de desarrollo de producto.
Elige las funcionalidades y tareas mínimas (pero mínimas de verdad) para lanzar el producto cuanto antes, y guarda el resto para hacer una Fase 2, 3, etcétera.
Si a esto le unes pedir feedback a tus clientes para ir colando otras funcionalidades en las que tú no habías pensado, tendrás una estrategia de desarrollo de producto ganadora.
Encontrando tu estrategia de marketing para darlo a conocer
Una vez desarrolles, hay que lanzar.
Aquí hay una cosa que debes tener siempre en mente.
Cuando haces un lanzamiento, no lo haces para el grueso de tus clientes potenciales, lo haces para tus early adopters.
Es decir, lo haces para las personas que es más probable que contraten tu producto según está, con la promesa de que va a ir creciendo poco a poco hasta ser algo mucho mejor al del día del lanzamiento.
Hay una “ley de mercado”, por así decirlo:
Hasta que no puedas tener el 15% del market share de tu nicho, tu proyecto no va a crecer solo por el boca-oreja, así que debes identificar e ir a por ese 15% de early adopters cuanto antes.
Ejemplos de MVP molones
Algunos de los productos más famosos del mundo en sus inicios lanzaron un MVP, y esa validación de mercado hizo que siguieran adelante.
Hoy te quiero compartir 5 de ellos, supericónicos, para que veas cómo empezaron y lo que son ahora.
- Uber empezó en San Francisco y, además, en el segmento de los coches de lujo, para no tener que competir contra los taxis. Esos fueron sus early adopters. Como ves, un entorno muy controlado.
- AirBnB es otro clásico de estas listas, y con razón. Los fundadores crearon una web supersencilla y pusieron su apartamento, también en San Francisco, a ver qué pasaba. Y funcionó.
- Groupon, otro de los míticos, empezó con un WordPress que enviaba los descuentos en PDF por email. Y ya está, no necesitó más para validar que la idea era buena. Luego siguió desarrollándose.
- Glovo tiene una historia un poco parecida a Uber, lanzando su MVP en Barcelona para tiendas locales. Como el sistema de entregas funcionó bien, pudieron hacerse un hueco, y qué te voy a contar sobre cómo es ahora…
- Wallapop, un poco similar, también se lanzó en Barcelona sobre un grupo pequeño de usuarios a ver qué ocurría y si realmente tenía un mercado potencial, y nada, ahora ya pasa de los 800 millones de euros el valor de la empresa.
Como puedes ver, esto del MVP tiene muchísima más profundidad de la que parece, y hay que tomárselo muy en serio para que el producto pueda escalar y ser viable.
Solo me queda decirte que espero haberte ayudado, aunque sea un poquito.
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