¿Qué son las cookies en Internet y para qué sirven?

Fecha: 09/05/2025
Si eres un usuario activo de Internet, más de una vez te ha aparecido ese típico aviso de “esta web utiliza cookies” nada más entrar a una página. Y como casi todo el mundo… le das a “aceptar” o “rechazar” y fuera, sin más.

No obstante, te picará la curiosidad. Porque si están en todas partes, por algo es.

Para que te hagas una idea, las cookies son archivos que las webs guardan en tu navegador para recordar cosas sobre ti. Esto puede ir desde el idioma que elegiste hasta los productos que dejaste en tu carrito. Vamos, nada raro ni peligroso. Pero sí aportan que todo te vaya más fluido, adaptando a ti la experiencia.

En este artículo te explicamos qué son las cookies, para qué sirven y cómo influyen (aunque no lo notes) en tu día a día cuando navegas por una web. Vamos a verlo.


Índice del artículo
  • Cómo funcionan las cookies en los sitios web
  • ¿Quién utiliza las cookies y dónde se almacenan?
  • Funcionalidad del sitio
  • Personalización y preferencias
  • Publicidad, analítica y seguridad
  • Tipos de cookies más comunes
  • Cookies de sesión y persistentes
  • Cookies propias y de terceros
  • Cookies de seguimiento
  • ¿Cómo afectan las cookies a tu privacidad?
  • Datos que pueden recopilar
  • ¿Se puede navegar sin aceptar cookies?
  • Cómo eliminar cookies en los principales navegadores
  • Google Chrome
  • Mozilla Firefox
  • Safari
  • Microsoft Edge
  • Cómo habilitar o desactivar las cookies manualmente
  • ¿Es útil borrar las cookies con frecuencia?
  • Conclusión: cómo gestionar las cookies según tus necesidades


Cómo funcionan las cookies en los sitios web


Las cookies tienen una mecánica bastante sencilla, pero interesante. Cuando entras a una web, esta le pide a tu navegador que guarde ciertos datos. Pueden ser desde detalles sobre si iniciaste sesión, hasta qué productos miraste o qué idioma prefieres.

Así, cuando vuelvas a esa misma página, no tienes que empezar de cero. Todo está como lo dejaste.

Imagina que estás organizando un viaje: eliges el destino, las fechas y el número de personas. Luego te distraes viendo otras secciones, pero al volver al gestor de reservas… ¡Genial sorpresa! La información sigue ahí. Eso es justo lo que consiguen las cookies.

¿Y cómo lo hacen? 

Verás, cada vez que entras a una página web, se guarda un pequeño archivo con un identificador. De este modo, cuando vuelves, tu navegador lo manda de vuelta, sin que tengas que hacer nada.

Todo esto sirve para que el servidor sepa quién eres (aunque siempre de forma anónima) y pueda adaptarse a ti. Así, todo carga más rápido, te reconoce sin repetir pasos y la experiencia de usuario es mucho más fluida.

Eso sí, no todo es solo por tu comodidad. Algunas cookies también se usan para cosas más técnicas: repartir la carga entre servidores, medir el tráfico en distintas páginas o incluso detectar errores. Todo sin que tú tengas que hacer nada.

cookies en los navegadores

 

¿Quién utiliza las cookies y dónde se almacenan?


Las cookies, como tal, están en todas partes. Y aquí ya no hablamos solo de las grandes plataformas como Google o Meta. En realidad, cualquier web que visitas (incluida esta) hace uso de ellas.

Entonces, ¿quién está detrás?

Por un lado, están las propias páginas web, que son las que usan lo que se conoce como cookies propias. ¿Para qué sirven? Pues para que no tengas que empezar desde cero cada vez que entras, como hemos visto.

Y, por otro lado, están las cookies de terceros. Aquí entran en juego plataformas externas que la página utiliza, como herramientas de analítica (tipo Google Analytics), redes sociales o servicios de publicidad. Estas cookies tienen algo de mala prensa, pero también cumplen su función: mostrarte anuncios que tengan algo que ver contigo, y no cualquier cosa al azar. El anuncio te va a llegar sí o sí, con lo que la idea es que sea de algo que te interesa.

Ten en cuenta que las cookies no se guardan en la página web, sino en tu navegador. Es decir: se quedan almacenadas en tu dispositivo. No ocupan casi nada, ni hacen que la experiencia sea más lenta. Pero sí guardan información básica que puede ser muy útil la próxima vez que entres en esa web. Lo decimos porque no influye en el navegador ni en tu equipo. Las cookies no ralentizan, sino que recaban datos, entre otros.

Principales usos de las cookies

Ya te hicimos ese spoiler: las cookies no están ahí solo por estar. Tienen una razón de ser y, si no existieran, muchas páginas irían a medio gas. Sirven para que todo funcione bien, la navegación sea más rápida y, sí, también para que la publicidad que ves no sea fruto del azar.

A continuación, te contamos los usos más habituales de las cookies en el entorno digital, divididos según lo que aportan a tu navegación.

Funcionalidad del sitio


Las cookies más básicas (y a la vez imprescindibles) son las que hacen que una página web funcione correctamente. Son las responsables de que puedas moverte entre secciones sin que se borre lo que ya hiciste.

También se ocupan de cosas como mantener tu sesión iniciada o recordar si aceptaste (o no) ciertos ajustes. En resumen: sin ellas, cada visita sería como empezar desde cero.

Personalización y preferencias


Aquí entran las que hacen que cada visita se sienta un poco más tuya. Son las que recuerdan cómo configuraste la página: idioma, diseño, modo oscuro, o incluso si preferiste ocultar un aviso.

Gracias a estas cookies, no tienes que volver a regular todo cada vez que entras. Los datos quedan guardados en segundo plano para que la web se adapte a ti. Y lo hace sin molestar, sin que te des cuenta siquiera.

Publicidad, analítica y seguridad


Ahora vamos con las más conocidas y también las más polémicas. Con esto, tocamos más el punto de las cookies que se usan para analizar lo que haces dentro de la página para mostrarte contenido similar.

Por ejemplo: si sueles leer artículos sobre marketing digital, es probable que veas publicidad relacionada o recomendaciones del mismo estilo.

También existen cookies destinadas a reforzar la seguridad. Estas detectan actividades sospechosas, bloquean accesos raros y ayudan a mantener a raya los intentos de fraude.

Ejemplo de banner de cookies

Tipos de cookies más comunes


Aunque todas las cookies comparten una misma base (guardar información en tu navegador), no todas funcionan igual. Algunas solo están activas mientras navegas, otras se quedan durante más tiempo. Algunas son propias de la página y otras vienen de fuera.

Aquí te explicamos los tipos más frecuentes para que los tengas claros.

Cookies de sesión y persistentes


Por un lado, están las cookies de sesión, que son las más “fugaces”. Se crean cuando entras en una página y desaparecen en cuanto cierras el navegador.

Así de simple. Por ejemplo: si estás dentro y recargas la página, esta cookie recuerda que sigues conectado... hasta que la cierras, y adiós muy buenas. Funcionan así tanto en Chrome como en Firefox.

En cambio, las cookies persistentes duran bastante más. Se almacenan en tu dispositivo por un periodo determinado, que puede ser desde unas horas hasta varios meses (o más, si el desarrollador lo decide).

Sirven para recordar cosas como tu idioma, si ya aceptaste las cookies o si tienes productos en el carrito, incluso días después. Vamos, que te hacen la vida más cómoda a largo plazo.

Cookies propias y de terceros


Otra forma de clasificar las cookies es por su procedencia. Las cookies propias son las que instala la misma página web que estás visitando. Por ejemplo, si entras en una tienda online y esta guarda tu sesión o tus preferencias, eso lo gestiona con cookies propias.

Por el contrario, las cookies de terceros vienen de servicios externos que esa web utiliza.

Hablamos de plataformas como Google, Meta o YouTube. Estas cookies se cargan cuando la página integra herramientas como Google Analytics, botones de “me gusta” de Facebook o anuncios personalizados.

¿Quieres ver ejemplos reales? Aquí puedes echarle un vistazo a la política de cookies de Google o a la de Meta, que usan tanto cookies propias como de terceros en sus servicios.

Cookies de seguimiento


Estas son las más comentadas (y también las más polémicas): las cookies de seguimiento. Su objetivo es recopilar datos sobre tu comportamiento online. Es decir: por dónde navegas, qué haces, qué páginas visitas, cuánto tiempo te quedas… todo eso.

¿Para qué se usan?

Principalmente, para crear perfiles de usuario que permitan personalizar los anuncios que ves por Internet. Aquí, algunas herramientas como Google Analytics o Meta Pixel son ejemplos. Estas cookies ayudan a las empresas a saber qué es lo que te interesa en sí. Con eso se hacen los anuncios.

Aunque no lo parezca, muchas veces este seguimiento también mejora tu experiencia. Si estás cansado de ver publicidad que no te interesa para nada, las cookies de seguimiento pueden ayudarte a ver contenido más orientado a tus gustos. Al menos es un spam mínimamente interesante.

cookies necesarias de RGPD

¿Cómo afectan las cookies a tu privacidad?


A estas alturas ya sabes que las cookies sirven para mejorar tu experiencia de navegación. Pero, como pasa con casi todo en Internet, también tienen su lado menos bonito. Y es que muchas veces funcionan como una especie de lupa que analiza lo que haces mientras navegas.

No es algo necesariamente malo, pero sí es importante saber qué datos pueden recoger y qué pasa con esa información.

Vamos a echarle un vistazo a todo esto con ejemplos específicos, porque la privacidad en la red no es un tema menor.

Datos que pueden recopilar


Las cookies no guardan tu DNI ni tu número de cuenta, pero sí pueden reunir bastante información sobre una persona. Y cuando varias piezas se conectan, se puede trazar un perfil bastante preciso de tus hábitos online.

Aquí te dejamos una tabla con ejemplos concretos de los datos que pueden almacenar… y por qué deberías tenerlos en cuenta:






































Dato recogido ¿Para qué se usa? ¿Qué implica legalmente?
Páginas que visitas Conocer tus intereses y patrones de navegación Necesita tu consentimiento según el RGPD
Localización aproximada Mostrar contenido o anuncios según tu ubicación Debe estar claramente informado en la política de cookies
Tipo de dispositivo o navegador Ajustar el diseño o rendimiento de la web según tu equipo No se puede usar sin transparencia
Tiempo que pasas en cada página Saber si un contenido engancha o no Se usa en analítica, siempre con aviso previo
Clics en botones o banners Medir conversiones o qué tanto interactúas con una web Requiere aviso y, en muchos casos, consentimiento previo
Dirección IP Puede servir para identificarte indirectamente Está considerada como dato personal por el Reglamento Europeo

Como ves, no hace falta que una cookie tenga tu nombre para que sea capaz de aportar bastantes datos sobre ti. Por eso, es importante que tengas el control sobre qué aceptas, y qué no.

¿Se puede navegar sin aceptar cookies?


En teoría sí. En la práctica, depende. Algunas páginas permiten rechazar todas las cookies no esenciales, mientras que otras se lo ponen más difícil. Incluso hay webs que te bloquean si no aceptas sus condiciones.

Aun así, si lo que quieres es tener el máximo control sobre tu privacidad, hay formas de navegar sin dejar tanto rastro. Estas son algunas de las más recomendadas:

  • Firefox y Brave: bloquean cookies de terceros por defecto.




  • Tor Browser: pensado para el anonimato total, aunque es más lento y algunas webs no cargan bien.


Estas opciones están avaladas por organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF) o Privacy International, que trabajan precisamente para proteger tu información online.

Eso sí, navegar sin cookies puede limitar algunas funciones de ciertas páginas. Por eso, lo ideal no es bloquear todo sin más, sino elegir qué aceptas según lo que realmente necesites. Porque al final, se trata de que tú des un consentimiento informado (que elijas sabiendo lo que implica, vaya).

Cómo eliminar cookies en los principales navegadores


En algún momento todos necesitamos hacer limpieza (ya sea de caché o cookies). Y no hablamos solo del escritorio lleno de iconos, sino también de esas cookies que tu navegador va acumulando sin parar.

Si bien muchas son útiles, otras pueden estar almacenando más información de la que te gustaría. Por eso, es buena idea saber cómo borrarlas.

A continuación, te explicamos cómo hacerlo paso a paso en los navegadores más conocidos.

Google Chrome


Borrar cache de cookies de Chrome

Borrar cookies en Chrome es muy fácil. Solo sigue estos pasos:

  1. Abre Chrome y haz clic en los tres puntitos (arriba a la derecha).



  1. Ve a “Configuración” > “Privacidad y seguridad”.



  1. Selecciona “Borrar datos de navegación”.



  1. Marca la casilla de “Cookies y otros datos de sitios”.



  1. Haz clic en “Borrar datos”.


Mozilla Firefox


Limpiar cookies del navegador FireFox

En Firefox el proceso también es rápido. Te lo resumimos:

  1. Abre el navegador y pulsa el icono de menú (las tres rayitas).



  1. Ve a “Ajustes” > “Privacidad y seguridad”.



  1. Baja hasta “Cookies y datos del sitio” y haz clic en “Eliminar datos…”.



  1. Marca “Cookies y datos del sitio” y confirma.


Safari


borrar cache, cookies y datos de webs en safari

En el caso de Safari, los pasos cambian un poco según si estás en iOS o en Mac.

En macOS:

  1. Abre Safari y ve a “Preferencias”.



  1. Entra en la pestaña “Privacidad”.



  1. Haz clic en “Gestionar datos del sitio web…” y luego en “Eliminar todo”.


En iOS:

  1. Ve a ajustes > Safari.



  1. Pulsa “Borrar historial y datos de sitios web”.


Microsoft Edge


Borrar cache archivos y datos de cookies en Microsoft Edge

Para limpiar cookies en Edge, estos son los pasos:

  1. Abre Edge y haz clic en los tres puntos (arriba a la derecha).



  1. Ve a “Configuración” > “Privacidad, búsqueda y servicios”.



  1. Baja hasta “Elegir qué borrar”.



  1. Selecciona “Cookies y otros datos del sitio” y pulsa en “Borrar ahora”.


Cómo habilitar o desactivar las cookies manualmente


La mayoría de las webs te va a poner el típico aviso de cookies en cuanto entras. El control lo tienes tú.

Así que, al final, tú decides qué hacer con las cookies. Puedes dejarlas activadas, bloquearlas por completo o incluso seleccionar solo las que te interesen. Y lo mejor de todo es que no hace falta ser un genio para configurarlas.

¿Y por qué te puede interesar esto?

Pues porque si eres de los que prefiere tener su privacidad cuidada (o al menos saber qué se guarda y qué no), empezar por gestionar las cookies, tú mismo eres el primer paso. Para esto no necesitas ser ningún experto, realmente con un par de clics ya estaría.

Dicho eso, aquí te explicamos cómo hacerlo en los navegadores más habituales.

Google Chrome

  1. Primero, abre el navegador y haz clic en los tres puntos que están arriba a la derecha.



  1. Ve a “Configuración” > “Privacidad y seguridad”.



  1. Entra en “Cookies y otros datos de sitios”.


Ahí podrás:

  • Permitir todas las cookies



  • Bloquearlas todas (ojo, esto puede romper algunas webs)



  • Bloquear solo las de terceros



  • Establecer excepciones página por página


Mozilla Firefox

  1. Haz clic en el icono de menú (las tres rayas horizontales).



  1. Ve a “Ajustes” > “Privacidad y seguridad”.



  1. Dentro de “Protección contra el rastreo”, selecciona entre:



  • Estándar (deja pasar lo justo)



  • Estricto (bloquea bastante)



  • Personalizado (ahí puedes activar o desactivar cookies manualmente)


Safari (macOS)

  1. Abre Safari y ve a “Preferencias” > “Privacidad”.



  1. Activa o desactiva “Impedir seguimiento entre sitios” según prefieras.



  1. También puedes hacer clic en “Gestionar datos del sitio web…” y borrar lo que no quieras guardar.


Microsoft Edge

  1. Haz clic en los tres puntos del menú.



  1. Entra en “Configuración” > “Cookies y permisos del sitio”.



  1. Luego haz clic en “Administrar y eliminar cookies y datos del sitio”.


Desde ahí puedes:

  • Permitir cookies



  • Bloquear las de terceros



  • Borrar cookies al cerrar el navegador


Como ves, tener el control sobre las cookies no es nada del otro mundo. De hecho, si lo haces bien, puedes navegar más tranquilo, evitar rastreos innecesarios y mantener un mejor control sobre tu información personal.

Así que ya sabes: entra en la configuración de tu navegador, ajusta lo que necesites… ¡Y que no te rastreen por la cara!

¿Es útil borrar las cookies con frecuencia?


Eliminar las cookies puede parecer algo sin mucho sentido, pero lo cierto es que tiene más impacto del que imaginas. Cada uno lo hace por sus razones. Pero, ¿de verdad merece la pena borrar las cookies cada dos por tres?

Vamos a verlo.

Ventajas de eliminar cookies con regularidad

Para empezar, lo más evidente es que mejora la privacidad. Al borrar las cookies, cortas el rastro digital que vas dejando por todas las páginas que visitas.

Así, evitas que ciertas plataformas (sobre todo las de publicidad), sigan tus pasos.

Además, liberarás algo de espacio en el navegador y mejorarás el rendimiento general, sobre todo si llevas meses sin hacer limpieza.

Otra ventaja no menor es que evitas errores o conflictos al cargar páginas web. A veces, una cookie vieja puede hacer que una web no se actualice bien o que dé fallos al iniciar sesión.

¿Y qué hay del lado negativo?

Claro, no todo es color de rosa. La realidad es que, cuando borras todas tus cookies, también desaparece información útil como tus sesiones iniciadas y contraseñas. Vamos, es un follón.

Eso quiere decir que la próxima vez que entres a tus webs favoritas, te tocará volver a configurar todo desde cero. Y con todas las cuentas que tenemos hoy en día, nuestra información en Internet y demás, no es rentable.

Entonces… ¿Conviene borrarlas o no?

Depende. Si te importa la privacidad y no te molesta tener que iniciar sesión cada vez, sí, puede ser una buena práctica. Pero si valoras la comodidad y visitas páginas de confianza con frecuencia, quizás sea mejor revisar las cookies de forma selectiva en vez de borrarlas todas del tirón.

Lo ideal sería hacer una pequeña limpieza cada cierto tiempo (por ejemplo, una vez al mes) y configurar el navegador para bloquear las cookies que no necesitas.

Conclusión: cómo gestionar las cookies según tus necesidades


Como ves, las cookies no son el enemigo. Al contrario, si sabes cómo funcionan y las gestionas con cabeza, pueden ser tus aliadas. Ya sea para mejorar tu experiencia como usuario o para optimizar el rendimiento de tu página web, lo importante es tener el control.

Porque ni hace falta aceptarlas todas sin mirar, ni borrarlas cada cinco minutos "por si acaso".

Nuestro consejo: revisa tus ajustes de vez en cuando, limpia lo que no necesitas y decide qué permisos das según lo que te convenga.

Y si tienes una web, asegúrate de informar bien a tus visitantes y cumplir con la normativa. En Raiola Networks podemos ayudarte a dejar todo esto bien configurado, sin problemas y con soporte si te atascas. Porque sí, la privacidad importa… pero también una web que funcione como se merece.
Jesus Magaña
Jesus Magaña

Jesus Magaña, especialista en SEO y creación de contenido. Lleva desde 2006 compartiendo lo que ha aprendido de forma clara y accesible.

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